GLIFOSFATO
El glifosato o N-(fosfonometil)glicina es uno de los herbicidas de amplio espectro de mayor uso, con una participación de alrededor del 25% en el mercado mundial de los herbicidas. Los herbicidas con glifosato frecuentemente se emplean en la agricultura porque son una forma sencilla y rentable de controlar malezas que de otro modo persistirían por muchos años. La mayoría de los productos con glifosato también se usan para controlar malezas en jardines y en áreas no cultivadas tales como complejos industriales o vías de ferrocarril.
El glifosato se lanzó al mercado en 1974 bajo la marca “Roundup” y desde entonces ha sido comercializado bajo una serie de marcas diferentes en cientos de productos para la protección de plantas en todo el mundo. En la agricultura europea, los herbicidas a base de glifosato se utilizan para el control de malezas en una amplia variedad de cultivos, incluyendo cereales, colza, habas, girasol, maíz en grano, remolacha azucarera y pastizales. Diversos países europeos, incluso Alemania, usan herbicidas con glifosato en casi la mitad de su superficie total de cereales.
El glifosato habitualmente se pulveriza en las malezas como una solución diluida, y se absorbe con rapidez en las plantas. Su acción bloquea una vía metabólica esencial para el crecimiento de la planta. Esta vía está presente en todas las plantas, pero no en los animales, lo que convierte al glifosato en un herbicida de amplio espectro muy eficaz y contribuye a su baja toxicidad en los animales.
Otro motivo por el cual los productos de glifosato son populares como herramientas para el manejo de cultivos es que permiten a los agricultores sembrar directamente sobre campos de rastrojos sin arar (sin laboreo). El glifosato ha reemplazado el control mecánico de las malezas en muchos cultivos y ha tenido un impacto importante en las prácticas agrícolas y en el rendimiento de los cultivos en Europa en los últimos años.
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